Relaciones intergeneracionales
Con
el comienzo de un nuevo curso escolar, empiezan o se reanudan multitud
de relaciones intergeneracionales en el seno de cada centro educativo.
De la calidad y los contenidos de esas relaciones van a depender
muchísimas cosas. Entre ellas, por ejemplo, el que haya más o menos
estudiantes que decidan abandonar sus estudios antes de terminarlos; o
que haya más o menos educadoras/es deseando poder encontrar otro trabajo
o desarrollar otras salidas profesionales; o que haya más o menos
familias que no sepan cómo participar en la vida escolar de sus
hijas/os. Los programas educativos oficiales, las evaluaciones externas,
los programas de formación del profesorado. La inmensa mayoría de
estudiantes (por no decir la totalidad) no van a quedarse o continuar
porque resuman más páginas de libros de texto que el año anterior, o
porque aprueben más exámenes externos estandarizados que no significan
absolutamente nada para ell@s. Se quedarán o continuarán, en primer
lugar, en función de la red de relaciones en las que consigan participar
satisfactoriamente. Y esas redes de relaciones deben incluir
necesariamente a personas adultas. Esto se pone en marcha desde el
primer minuto del primer día.
Esto
está detrás de infinidad de conversaciones que a diario tienen lugar.
Si, en lugar de ser el material subyacente a esas conversaciones, lo
llevamos completamente a la superficie y lo ponemos en primer plano,
¿qué infinidad de cosas interesantes pueden suceder?
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